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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió este viernes a los venezolanos que salgan "a votar por la dignidad de Venezuela, por el respeto, contra el imperialismo americano" en los comicios regionales y locales que se celebrarán el 21 de noviembre, mientras el líder opositor Juan Guaidó advirtió de que "no hay condiciones para una elección libre y justa" en el país.

Durante un evento, Maduro rechazó la posición de Estados Unidos respecto al proceso electoral. El subsecretario adjunto del Departamento de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Kevin O'Reilly, declaró el pasado martes que los comicios "no darán una medida precisa del apoyo popular" a Maduro ni a sus partidarios.
Por ahí declara el imperialismo norteamericano contra las elecciones en Venezuela, yo llamo a los venezolanos a dar una bofetada y a exigir respeto a los Estados Unidos, al Sistema Electoral venezolano y a la voluntad soberana del pueblo". Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

Por su parte, el líder opositor Juan Guaidó, autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela, dijo en un vídeo publicado en sus redes sociales de que las elecciones del domingo no serán justas, pidiendo a las personas que decidan votar que "rechacen" a Maduro.

Guaidó, aseguró que el país se encuentra actualmente bajo una dictadura, y que Maduro "seguirá siendo ilegítimo" después de los comicios, "el 22 de noviembre". "El intento de Maduro por relativizar y normalizar la crisis no va a funcionar", agregó el opositor.



Para Juan Guaidó, tanto la opción de acudir a votar como la de no hacerlo en protesta por la falta de garantías son válidas, si bien ha pedido que quienes acudan a las urnas rechacen al partido del presidente.

Además, pidió a los observadores electorales internacionales que en su informe tengan en cuenta no solo el desarrollo de la jornada de votación, sino todas las circunstancias que rodean a los comicios.

Este viernes, el ministro de Exteriores venezolano, Félix Plasencia, agradeció su presencia a los más de 500 observadores electorales que se han desplazado al país para supervisar la votación.